lunes, 17 de noviembre de 2008

La vergüenza de avergonzarse

Tras casi dos semanas sin manifestarme, vuelvo a la carga, después de haberme empachado este fin de semana, de prensa antigua que tenía pendiente de lectura. Lo esperable tras un esfuerzo equivalente a 15 periódicos ingeridos en 2 días, debería ser una enorme cantidad de temas sobre los que hablar. Sin embargo amigos, no es así. Es como si solo existieran tres o cuatro temas recurrentes y gastados, a los que ya he dedicado entradas anteriormente o que, simplemente, están tan comentados, que sobra cualquier palabra más.

De entre ellos podríamos destacar lo del Congo, sólo porque se le encoge a uno el alma y es por lo tanto digno de mención. Pero volvemos otra vez a encontrarnos con la misma situación que ya he denunciado varias veces: ahora el Congo vende…¿hasta cuando? Porque el problema lleva ya un ratito existiendo aunque parezca que data de hace una semana.

El otro tema que despierta mi interés es la famosa cumbre del G-22. Bueno, en realidad, lo que me llama la atención es la reacción de los españoles ante la presencia de España en dicha cumbre, y, su opinión sobre las gestiones diplomáticas llevadas a cabo para que así haya sucedido.

Por un lado me da la impresión de que al español medio le importa un pito la cumbre. Lo cual, aunque él no lo sepa, le honra, puesto que dicha cumbre es más un circo mediático que otra cosa (como por cierto apuntaba nuestro ex-presidente FG en un artículo de opinión muy interesante publicado recientemente en El País). Zapatero, que tonto no es aunque a veces lo parezca, es consciente de esta situación (me refiero a la globalidad de la misma, es decir a que al español la cumbre no le interesa y que se trata de circo mediático). Así que por ello a montado todo el ruido que ha precedido a la cumbre. Yo he llegado a pensar, que de hecho, el gobierno, sabía con mucha anterioridad que con seguridad ocuparía la silla cedida por Francia en la cumbre y, ha creado una falsa expectación, para luego poder esgrimir la victoria con mayor bombo.

Por otro lado no deja de sorprenderme la reacción de cierta parte de la ciudadanía ante las supuestas gestiones de la diplomacia española para poder acudir a la cumbre. Que si “se ha bajado los pantalones”, “ha tenido que mendigar”, “ha hecho el ridículo suplicando”… No lo entiendo. Este es el sentido del ridículo del español medio, que prefiere no intentarlo "no vaya a ser que le digan que no". No entiendo la polémica que se ha montado entorno al tema. Me parece lo más normal del mundo que España haya querido asistir a la reunión y que se hayan desplegado todas las armas diplomáticas disponibles, y no entiendo que esto avergüence al ciudadano medio y que no apoye al gobierno en ello. Menos mal que en este país nuestro hace calor porque aquí lo de ande yo caliente, como que no.

Dejemos de avergonzarnos de lo que somos y valorémonos un poco más. Esto es algo que he aprendido en mi paso por países como Italia o Francia. Ni ellos son tan buenos ni nosotros tan malos.

Os dejo el link del articulo de Felipe, os lo recomiendo, muy interesante: http://www.elpais.com/articulo/opinion/elpepiopi/20081109elpepiopi_5/Tes

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