lunes, 21 de diciembre de 2009

Avatar: el regreso de lo nunca visto

Si amig@s, apenas hemos tardado mi santo y yo un día en ir a ver la nueva película de James Cameron , Avatar , en 3D, por supuesto. No es un hecho sorprendente en si, ya que habremos sido unos cuantos cientos los espectadores los en Madrid vimos la película el sábado. Sin embargo, lo que nos diferencia del resto, supongo, es que hacía 4 años que no íbamos a una sala a ver una película. Vemos películas a menudo, pero en casa, en nuestra pantalla de 22x13 pulgadas, a nuestro ritmo, con nuestras paraditas para ir al baño, nuestros cojines y nuestras mantas. Yo que fuera una asidua de las salas de cine, me he dejado ganar por la comodidad del hogar dulce hogar, que además va acompañado de un precio muy competitivo.

Me diréis que el sonido no es el mismo, que no se puede comparar nuestra tele con una gran pantalla, que la emoción del acto en si, de salir e ir al cine para entrar en la película no es comparable con el quedarte a hacer la morsa en el sillón. Y sin duda tendréis razón pero mi realidad es que disfruto igual de las películas que me gustan, que en general son cine de autor, y aquellas que son de acción tampoco las veo tan mal.

Para mi el cine en sala estaba muriendo porque pertenecía a una costumbre pasada. Pertenecía al tiempo del vinilo, tiempo en el que el cine en casa no existía. No es sólo una cuestión de precio, que también, ni de pirateo, que puede que si que influya aunque yo no uso, es también un cuestión de disponibilidad. El cine nació y se consolido sin tener rival. Como iba a competir una tele pequeña, de sonido escaso y en blanco y negro con la pantalla del cinemascope.

El vinilo murió, por desgracias que conste, y el cine casi también.

Pero ayer mi santo y yo revivimos la experiencia de nuestra primera vez en una sala. Ayer llegamos 10 minutos antes a la sala, entramos emocionados, nos pusimos nuestras gafas entre risas tontas, y dimos un suspiro ahogado al unísono con la primera imagen del trailer de Alicia en el País de la maravillas de nuestro adorado y venerado Tim Burton. El primer suspiro siguieron sin duda muchos otros. Pasaron 3 horas y podrían haber pasado 3 más. Nos encandiló una historia simplona con un mensaje muy bonito, un cuento de ciencia ficción cuyos mejores conceptos me hicieron pensar en mi adorada Princesa Mononoke. Nos subyugo un espectáculo, una nueva forma de vivir la historia.

No será apto para todos los temas, ya que además hay películas que no lo necesitan, el show, el 3D, pero con nosotros ha funcionado, nos ha devuelto la ilusión perdida y las ganas de gastarnos nuestro dinero. Nuestra próxima misión es Alicia , no vemos el momento.

Los puristas me tacharán de banal y herética, yo prefiero considerarme una cinéfila recuperada…

jueves, 10 de diciembre de 2009

Mejor FIB que PIB

El FIB es una palabra que me persigue desde hace varios años. El FIB fue un antes y un después en mi vida, cuando en el año 1992 fui por primera a Festival de Benicassim. El Festival me marcó tanto que pocos años después ya trabajaba para la organización del Festival como directora de proyectos europeos.

Con el paso del tiempo el FIB cambió y yo también y después de mi última colaboración con el Festival a través del proyecto Unpop Classik yo tenía claro que a mi vida le sobraban y le faltaban muchas cosas.

Así fue como pasé del FIB a la FIB, del Festival Internacional de Benicassim a la búsqueda de la Felicidad Interior Bruta.

Con mi santo emprendí un viaje de 4 meses al sureste asiático, que cambió mi vida para siempre, como aquel festival del año 1992. Confirmé lo que ya sabía, que se necesita mucho menos de lo que pensamos para ser mucho más felices de lo que imaginamos. Aprendí tanto y viví tan intensamente que me costó mucho volver a sentirme en casa tras el regreso.

Desde entonces he trabajado en mi FIB, sin saberlo. He ido rechazando ciertas opciones y priorizando otras y el resultado es que mi FIB es la mayor desde que tengo uso de razón, y eso que considero que siempre he sido muy feliz.

Y estando en este punto el otro día me encontré leyendo un precioso artículo de El País semanal sobre Bután el país que según mi querido José Esquinas es el más feliz del mundo. El reino que quiso medir la Felicidad presenta todo lo que es y quiere ser este pequeño país tan lleno de sabiduría. Y comparo lo que leo con lo que quiero y me doy cuenta de que en Butan llevan 36 años aplicando una serie de criterios vitales que ahora son mi día a día.

Y gracias a que para mi es más importante la FIB que el PIB, soy más feliz que rica y tengo la impresión de que no hago más que crecer, en todos los sentidos.

Parafraseando a Pablo Guimón: “El verdadero desarrollo de una sociedad, defienden, tiene lugar cuando los avances en lo material y en lo espiritual se complementan y se refuerzan uno a otro. Cada paso de una sociedad debe valorarse en función no sólo de su rendimiento económico, sino de si conduce o no a la felicidad.”

Pues eso amigos, de todo esto quedaros con algo que seguro que os sirve.

Os dejo con Luis Armstrong y su canción “Is that you Santa Claus”… es que ya estamos casi en Navidad.


jueves, 3 de diciembre de 2009

No contratéis el servicio ADSL de Orange

Nunca creí que llegaría a este punto. Nunca creí que mi blog personal acabara albergando una queja que debería estar en manos de algún defensor de los consumidores. He bregado con muchas situaciones, compañías, países y nunca pensé que acabaría teniendo que escribir sobre este tema… pero amigos, no soy una consumidora despechada, soy una mujer desesperada. Orange a logrado desestabilizarme, vapulearme hasta destrozarme con una acción permanente de engaño desde hace un mes. Y si, ha podido conmigo.

Os ahorrare los detalles más básicos que se podrían asemejar a los de cualquier otra compañía del tipo.

Sólo mencionaré dos detalles que sin duda son errores del consumidor mal informado, en este caso yo, pero, que en los tiempos que corren, rozan desde mi modesto punto de vista el timo.

En primer lugar el servicio de asistencia de Orange cobra las consultas, aunque dichas consultas sean debidas a fallos propios del servicio y no a la incompetencia del usuario. De este modo, yo llevo ya gastados unos 20 euros en consultas desde que me entregaron el primer router (si amigos, me han entregado mas de uno en un mes que llevo con esta cruz).

En segundo lugar, hoy una operadora me ha informado que Orange se compromete a servirme Adsl por cable pero no por WIFI. Si amigos, he cambiado un servicio de Adsl con teléfono y wifi por un servicio que no incluye el Wifi. Así que mi salón parece un laboratorio espacial de principios de sigloXX, lleno de cables y luces por todos lados.

No puedo soportarlo más y después de una inversión inicial enorme en tiempo y dinero tengo que volver a cambiarme de compañía, volviendo a invertir tiempo y dinero. Me siento desvalida y no puedo recurrir a nadie y me tienen cogida por mis necesidades ya que trabajando desde casa no me puedo permitir estar sin servicio ni un solo día.

Así que desde mi frustración y mi pena os digo: no contratéis el servicio Adsl de Orange, no lo hagáis, por vuestro bien y el de aquellos a los que queréis.

martes, 1 de diciembre de 2009

Hay luz al final del tunel

He tenido una de esas “semanus horribilis” y creí que no volvería a ver la luz al final del túnel. Además de pequeños a problemas de tipo doméstico, he tenido que enfrentarme a grandes dudas editoriales para el blog: ¿a que jugoso tema dedicar mi entrada de esta semana?

Pensé en el proyecto de Ley de Economía Sostenible… pero no he conseguido encontrarlo para poder leérmelo y poder opinar con propiedad. No creo que el pequeño resumen de Moncloa y la rudimentaria presentación de power point que se debería titular “proyecto de Ley de Economía sostenible para Dummies” sean suficientes para hacerse una idea con cierto criterio…bueno digamos que rezuma demagogia por todos los lados y que, como apuntan varios expertos en la materia, el proyecto debería llamarse de otro modo, pero claro, no quería tan bien. En cualquier caso, no he encontrado en todo el power point de presidencia ninguna información que me sorprendiera gratamente, es más en mi ignorancia creí que muchas de las medidas propuestas ya se estaban llevando a cabo, pero insisto soy ignorante.

También evoqué la posibilidad de llenarme de valor y hablar del aborto. Pero me resulta difícil tratar este tema aunque lo tengo muy claro. Concretaré, tengo muy claro mi perspectiva socio-política del tema sin embargo no sería capaz de entrar en un debate emocional-espiritual-ético, por llamarlo de algún modo. De modo que para ahorrarme polémicas os remito al maravilloso resumen que mí a veces tan admirado Enrique Gil Calvo publicaba ayer en un artículo trilogía del El País.

Efectivamente, los tiempos han cambiado y al final lo único que yo personalmente le pido a la ley del aborto es que permita que aquellas personas que quieran abortar lo puedan hacer con seguridad, sea cual sea su nivel económico o social. Porque lo que no puede ser es que si eres rico, puedas abortar con seguridad porque te puedas pagar un billete a una clínica privada de París o Londres y si eres pobre tengas que arriesgar tu vida en un taller clandestino. Al final no he podido evitarlo… polémica servida.

Pero bueno, finalmente ayer vi la luz al leer a Nacho Torreblanca, del que sin duda un día de estos amigos, montaré un club de fans. Diplomacia de hierro se titula su contundente columna de ayer en la que explora sin complacencias la sorprendente (cuanto menos) política exterior de nuestro gobierno. A todo lo expuesto por Nacho yo añadiría el detalle de que nuestro Ministerio de Exteriores siempre podrá responder que sí que ayuda a los opositores de los regímenes, a través de fondos de ayuda al desarrollo. No tengo datos que lo prueben pero mi experiencia me dice que seguro que lo hacen. Como ya viví yo con Darfur, cuando, inmersa en una campaña en contra del régimen de Sudan, una persona de exteriores me explico que ellos no iban a presionar políticamente a los genocidas pero que estaban dando millones de euros para mantener los campos de refugiados… pues que bien.

En realidad, pensándolo bien, todo va en el sentido de la corriente, quiero decir que lo que nuestro gobierno hace con su política exterior es lo mismo que hace con todas sus demás políticas. No existe un objetivo concreto, no existe una coherencia ética o ideológica. Solo existen medios e imagen… acciones huecas que están creando un agujero negro.

Y esto no es solo en España. Se puede mirar más allá. Ejemplo es Lula, mi tocayo, y sus últimos devaneos con ciertos dictadores, aquí no os perdáis esta columna de Moisés Naim

Y os preguntaréis después de esto si existe realmente luz al final del túnel. Bueno yo creo que si, creo que hay toda una clase pensante que denuncia las incongruencias, quiere un cambio y propone soluciones. Estan los periodistas que he mencionado entre otros. Estoy yo, modestamente a través de mi blog y mi trabajo, y otros muchos bloggeros, como por ejemplo, un tal Pablo Benavides que me he encontrado hoy en Google. Con él os dejo, no dejéis de visitar su maravillosa página, merece la pena mil veces:

“Creo firmemente que descubriremos el fuego por segunda vez en la historia de la civilización humana. Salvo que, esta vez, la chispa vendrá desde nuestro interior” Debashis Chatterjee

Yo también.