martes, 26 de enero de 2010

La realidad no existe

El embarazo es un misterio, como tantos otros. Cómo de la nada se crea un niño, muchos dicen saberlo, hay libros enteros dedicados al tema, pero los detalles, la parte mágica del asunto, sigue siendo un secreto de la naturaleza. Tampoco se sabe porque la mujer embarazada se vuelve loca, para bien o para mal. Algunos lo achacan a las hormonas, otros a la transferencia madre <-> hijo, otros al cambio físico… pero la realidad es que a la mujer embarazada se le va la pinza y nadie sabe realmente porque.

En mi caso el destrozo mental durante el embarazo es total. No solo no sé sumar, mi grado de dislexia se incrementa alarmantemente y soy incapaz de determinar la distancia, confundiendo peligrosamente cerca y lejos, sino que además me veo espantosa. Digo “además” porque muchas mujeres se sienten bellísimas durante el embarazo… ¿Por qué no yo?

Ayer estos oscuros pensamientos fueron a chocar con el titulo siguiente: “nuestra visión de la realidad es una ilusión”. Esto que afirma Susana Martínez Conde, directora del Laboratorio de Neurociencia Visual del Instituto Neurológico Barrow de Phoenix (EEUU), es una certeza que he tenido siempre.

Efectivamente nunca sabremos si lo que nosotros percibimos de un modo es percibido de igual manera por el resto de los que nos rodean. Más concretamente, todos vemos un rectángulo donde se encuentra el rectángulo pero lo que no sabemos es si percibimos el rectángulo de igual modo. Quizás lo que yo denomino rectángulo, esa forma que yo percibo, otros la ven como la que yo percibo circular. Un ejemplo muy ilustrativo son los daltónicos. Ven los colores cambiados pero los aprenden así. Es decir que ellos el marrón lo ven azul pero asocian la palabra marrón a ese azul que ellos perciben y en muchos casos nunca se llega a saber que son daltónicos.

Y esto solamente entrando en el terreno de lo que se denomina "percepción objetiva". El mundo de la percepción subjetiva es un universo en si mismo.

Dicho esto dicho todo. Mi plácida autocompasión se fue a dar de bruces con esta cruda realidad y desde entonces estoy educando a mi psique para que me dibuje oronda pero bella y radiante. Y parece que algo si que está funcionando el tema. Si la realidad no existe y la hacemos nosotros, por lo menos que sea a nuestro gusto, que sume y no reste ¿no?

lunes, 25 de enero de 2010

Encontrándome en el símbolo perdido

Tendría 20 años cuando me leí las nueves revelaciones de James Redfield. No es que el libro me iluminara hasta el punto de que cambiara mi vida, o eso creo, pero si me marcó la teoría de la conservación de la energía que evoca.

Siempre he pensado que en todo lo que nos sucede se combinan providencia y destino, considerando este último como una parte a preasignada a nuestra persona. A estos parámetros viene a sumarse las decisiones que tomamos, es decir que además de creer en el destino también creo en que esculpimos nuestra vida y hacemos de ella lo que queremos. Todo un poco paradójico sin duda, como corresponde a un buen ejemplar de la Generación X que es una servidora.

A estos conceptos sobre el ser personal se unen últimamente convicciones universales como la de que nuestro mundo está abocado a cambiar dando paso a una nueva forma de enfocar las cosas. Como parte de lo que sería la iluminación global de la humanidad, prevista en muchos textos antiguos y cada vez más mencionada en textos modernos, todos cambiaremos. Ese cambio, ahora lento y sólo perceptible para unos pocos, se convertirá en algo flagrante y sorprendente una vez se haya alcanzado la masa crítica, y el ciudadano medio convencional participe también de él. Suena apocalíptico, y de hecho lo es a juzgar por lo que cuenta Dan Brown en su último best seller, el símbolo perdido, en el que, ya sea dicho de paso, también habla de todo lo que he mencionado anteriormente.

Que un best seller trate estos temas me da tranquilidad porque realmente creo que necesitamos un cambio global. Y aunque estoy convencida de que no puede ser de otro modo, mis precarios conocimientos histórico-sociales me hacen pensar que no soy la primera que se siente así, y que mis predecesores hippies acabaron siento los baluartes de nuestra sociedad actual, pre-crisis del 2008 (2009 de la era ZP). Y eso asusta, porque una se ve dentro de 15 años engullida por el sistema que implacable acabará con todos nuestros sueños y necesidades de renovación social, con los principios que ahora esgrimimos en el fondo de un cajón metidos en el sobre de “sueños de juventud madura” (por que joven joven, una ya no es “tan” joven)”.

Así que dedico esta entrada a Dan Brown y a sus best-sellers, por dos razones, la primera porque me han ayudado a pasar mis citas con el dentista y las atenciones primarias de la seguridad social, sin nervios y con alegría, y la segunda porque en ellos subyace una reflexión y unas esperanzas que comparto.

Thank you Dan….

viernes, 22 de enero de 2010

Haiti, Europa y Obama

Parece que están pasando muy pocas en le mundo últimamente. La gran portada sigue siendo Haití, muy a su pesar. Los periodistas desplazados están amortizando su viaje ya que parece que la tierra a decidido dar un ejemplo al mundo y llevando al extremo de la catástrofe a los “más pobres del planeta”, como decía el otro día Panaka en su comentario. El orden mundial que parecía estar cambiando ha sido finalmente desvelado. Obama y sus tropas toman el país mientras al Unión Europea sigue decidiendo que es lo que va a hacer, dando de nuevo un gran ejemplo de ineficacia, Francia sigue intentando hacerse hueco en la foto, acompañada de Brasil, y de China, la supuesta nueva potencia internacional emergente, ya no se oye hablar. Quizás es que existe un orden para cada tipo de problema, eso debe ser. Si es cambio climático, USA-CHINA y si es catástrofe mundial USA- países cercanos. En cualquiera de los caso, la UE no encuentra su sitio ni en uno ni otro lado.

Es triste pensar que le pasado lunes Nacho Torreblanca ya mencionaba amablemente que la UE debía estar preparada, que la hora de Cathy y de la presidencia Española había llegado y que durante esta semana muchas cosas debían pasar. Ha pasado la semana pero no las cosas… vaya por dios.

Y es que al final, “aunque la mona se vista de seda”….

Y así Haití inunda todas noches mi salón y el resto de los sucesos mundiales se quedan relegados a un par de columnas en mis periódicos. Y así nadie repara en los últimos atentados de los países islámicos con decenas de muertos y heridos que ya no impresionan, en los cambios de gobierno de ciertos países como Chile o Ucrania incluso en la difícil situación de Obama tras perder los demócratas un escaño, el escaño de la mayoría absoluta.

Sobre este último tema un par de amigos me han pedido mi opinión. Que queréis que os diga… es el eterno dilema, ¿debe el político ir más rápido o más despacio que la opinión pública? Es decir, debe el político imponer su criterio, por el bien común, aun a sabiendas de que no va ser aceptado por gran parte de la sociedad, o debe esperar a que la sociedad esté preparada para asumir el cambio antes de llevarlo a cabo. Obama ha intentando combinar ambos, llevando a cabo unas campañas casi electorales cuando ha tratado temas espinosos como la ayuda publica al sector privado para resolver la crisis o la reforma sanitaria. Sin embargo, no es fácil cambiar tanto las cosas en un país tan conservador como los USA. En lo que a nosotros pobres europeos respecta, cuanto antes se apruebe la reforma sanitaria mejor, ya que Obama recuperará la libertad para llevar a cabo otros cambios de menor repercusión publica en USA y mayor repercusión mundial (como compromisos en la disminución de emisiones por ejemplo).

En lo que respecta a Haiti, o incluso al orden mundial, Obama sigue siendo un líder admirado y respetado, con una reputación tan inmaculada que es capaz de tomar un país por la fuerza sin que a nadie le parezca más que bien.

Y dicho esto, aquí me planto. Solo comentaros que ayer comiendo con Irene Milleiro, responsable de Campañas de Intermon Oxfam , me comentaba que estaban preparando una comunicación para desalentar las numerosas peticiones de adopción de niños haitianos que estaban teniendo lugar. Yo lo pienso y se me ponen los pelos como escarpias… y es que somos unos necios.

sábado, 16 de enero de 2010

El poder de los medios y su poca responsabilidad


Ayer estuve en una pequeña presentación de la Presidencia Europea que organizaba el MAEC. Diego López Garrido dio un discurso denso pero cargado de fuerza y convicción, como de hecho suele hacer. Me gusta Diego López Garrido. Me gusta desde que tuve la oportunidad de conocerle personalmente porque la verdad es que antes me parecía un chulo y un tonto, sin ni siquiera haberle escuchado hablar, todo sea dicho. También me gusta su equipo , la gente que le acompaña y le asesora. Son gente integra que se lo cree y, dentro de la medida de lo posible, luchan por sus convicciones, lo cual en estos tiempos que corren ya es mucho decir.

Hace un par de meses una fundación de chichinabo acusó a López Garrido de prevaricación. La noticia llenó los medios, porque obviamente la denuncia fue presentada en un juzgado de Madrid y fue admitida a trámite, como la mayoría de las denuncias. Los medios de derechas le dieron más bola que los de izquierdas, por supuesto, y la presunta corrupción de López Garrido tuvo espacio en algunas columnas de opinión. Todo esto sin que se hubieran analizado las pruebas presentadas por la fundación denunciante y sin que se hubiese producido juicio alguno.

Personas que me conocen y saben que me gusta Diego López Garrido se apresuraron a preguntarme mi opinión. No sólo conozco al secretario sino que conozco también algo la Fundación Alternativas y desde le principio defendí la inocencia de todos ellos y denuncié la falacia. Pero la respuesta de la gente con la que hablaba era siempre la misma “cuando el río suena.. agua lleva”.

Al final quedo patente que se trataba de una denuncia sin fundamento y el juez que instruía el caso llego incluso a acusar a la fundación de chichinavo de “temeridad”.

Pero el daño ya estaba hecho. Mucha gente recordará a López Garrido como un tío corrupto que se ha librado de la cárcel por vete a saber que razones. Sobre la condena ni una sola columna increpando a la fundación y analizando el hecho. Los medios callados porque ya no había sangre ni cabezas que cortar, descartada la posibilidad de escándalo el tema ya no tenía interés.

Más sonado fue el caso del hombre falsamente acusado de abusar hasta la muerte de la hija de su pareja en Canarias. Ahí como si que el escándalo podía perdurar el error también tuvo algo de bola en los medios.

Ahora nos encontramos con todos los medios inundados de una sola noticia “Haití y su terremoto”. De nuevo todos los medios volcados en la desgracia de un país con miles de muertos por catástrofe natural. Me pregunto ¿Por qué? ¿Para que vale toda esta cobertura mediática? ¿Para ayudar a la población local? ¿Para informar a los interesados por ese país? ¿Para rellenar hueco porque no hay otras noticias sangrientas y truculentas con las que animar los espacios informativos?

Lo que tengo claro es que la cobertura mediática no se corresponde con un interés general sobre el país y sus precarias condiciones, porque antes de la catástrofe Haití se la refinflaba a la mayoría de la población mundial.

Otra pregunta es que pasará con Haití cuando llegue la próxima noticia truculenta que desbanque a su desgracia. Haití se quedará ahí con su miseria y su problema, que para eso es suyo, mientras nosotros gozamos de otra gran desgracia en directo.

Con esto obviamente no quiero decir que me dé igual el drama de Haití ni mucho menos, sino que empiezo a estar realmente cansada de nuestros medios, de su falta de reflexión y de criterio. Estoy cansada de la sangre, de las falacias, del amarillismo. Y que no me digan que es lo que público demanda. Se puede hacer periodismo de calidad eligiendo bien como, y ser del agrado del público, pero como todo lo bueno, es más costoso, no es el camino fácil, es le trabajo de periodistas serios, profesionales y quizás con conocimientos y experiencia concretos, algo que cada vez escasea más en nuestros maltrechos medios.

Tengo que volver al mundo porque llevo 4 semanas desconectada de mis costumbres diarias de lectura exhaustiva de periódicos, pero no me apetece. ¿Seré yo o serán ellos?


En cualquier caso, como le dijo el Tío Ben a Spiderman “With great power. comes great responsibility”, alguien debería recordárselo a los medios.

También os emplazo a echarle un ojo a dos de mis antiquísimos post sobre el tema:

http://lucilara.blogspot.com/2008/10/y-entre-el-humodifamacin.html

http://lucilara.blogspot.com/2008/10/antes-de-ayer-era-el-da-de-los.html

lunes, 11 de enero de 2010

El día que Kristina decidió que se iba



Que la vida es dura es un hecho sin discusión. Que cuanto más sensible sea el ser humano, cuanta más capacidad de ver la belleza intrínseca de la vida y la humanidad tenga, más duro este periplo le resultará, eso, es innegable.

Yo no dejo de repetir en este blog que hace falta mucho coraje para vivir con intensidad cada día.

Durante mi experiencia vital que ya tiene una duración intermedia porque llego más o menos al ecuador de lo que sería la esperanza de vida actual, he visto a gente querida enfrentarse a la vida y la muerte (valga la redundancia) de mucho modos.

Hablo mucho de Muriel, una luchadora nata que se aferró a la vida con uñas y dientes durante 7 años de calvario físico, aquejada de una enfermedad de la que solo mueren el 10% de los enfermos. Cuando como ahora, paso más de dos semanas un poco enferma, recuerdo a Muriel siempre al pie del cañón, destrozada por fuera pero tan fuerte por dentro, viviendo cada segundo como si este fuera la vida entera, lo que en realidad es, puesto que nuestra vida no es más que la unión de todos esos segundos de vivencias que la componen, ni más ni menos. Cada instante tiene un valor intrínseco, y no tienen mucho sentido vivir en el pasado o proyectándose en el futuro, porque uno ya fue y el otro es sumamente incierto.

También he visto a Aves Fenix, que casi en cenizas se recomponen y resurgen porque ven ese atisbo de luz que les guía y le permite reconocer el camino. Aunque les cuesta vivir, eligen enfrentarse al dolor para gozar de las maravillas que el estar vivo ofrece. Al fin y al cabo y aunque suene simplista, para morir, siempre hay tiempo. Cambiar de vida es el privilegio del hombre, y creer que no puede hacerlo es el error del hipersensible.

Mi mentor Daniel Gueguén siempre me decía que él tenía un plan B en la recamará para hacer frente a cualquier situación adversa. Yo también uso esa estrategia, el pensar en que haría yo si no estuviera haciendo lo que hago. Busco siempre otras cosas que me gustaría hacer, otros sitios en los que me gustaría estar, otras circunstancias en las que me gustaría vivir, y pienso que siempre puedo cambiar de vida. Eso me da fuerza para soportar las partes más duras de la existencia y además me permite valorar lo que tengo.

Todo esto que estoy diciendo me hubiese gustado haberlo escrito antes y habérselo enviado a mi amiga Kristina. Kristina, mujer guapa, inteligente, vital, sensible…hipersensible. En algún punto de todo este barullo se perdió, se cansó y se rindió. Ayer decidió irse de todo y se fue, y nos ha dejado con un palmo de narices, desconcertados y apenados.

Kristina era preciosa por fuera pero seguramente estaba destrozada por dentro. Pero no puedo dejar de pensar que para morir siempre hay tiempo, antes de irse voluntariamente hay tantas cosas que se pueden hacer.

Este es mi pequeño homenaje a mi querida Kristina, que se rompió en mil pedazos y no pudo recomponerse, que irradiaba vida, alegría fuerza y belleza, y a la que siempre recordaré sonriendo…

jueves, 7 de enero de 2010

Vivencia 2010

Si, empezamos un nuevo año dejando atrás tres intensas semanas de fiestas navideñas que tanto me gustan y tan mal me sientan.

Tres kilos más, resquicios de un terrible resfriado casi-mortal, y un gran agujero en mi tarjeta de crédito (pese a todos mis esfuerzos de ser sostenible y consumir con moderación…), ese sería el balance en grandes líneas de mis vacaciones navideñas. Pero también quedan todas las sonrisas de mis seres queridos y las mías propias que este año han sido muy grandes y abundantes… merece la pena.

Le decía a Kay Thwe Aye, mi amiga birmana que ha vivido sus primeras navidades este año, que las cosas no son importantes en si, sino que somos nosotros los que las hacemos importantes.

Del nacimiento a la muerte, somos nosotros los que otorgamos el valor a todos los sucesos que nos acontecen, dotándolos de un significado concreto y adoptando una postura emocional hacia ellos.

En muchos casos se trata de un tema cultural. Por ejemplo hace unos años hablando con un amigo Camerunés, Yves, este me explicaba como para él la muerte no significaba nada porque en su cultura sólo era un paso hacia un estado diferente, y por lo tanto todo el mundo lo aceptaba como se acepta que alguien se vaya a buscar fortuna a otro país y no vuelva nunca. Para mi sin embargo, la muerte es un gran drama al que no logro enfrentarme adecuadamente aunque lo intento ocn todas mis fuerzas y todas mi neuronas.

Kay Thwe se quedó en Madrid sola para pasar la noche vieja y el año nuevo. Muchas personas me preguntaron por ella y me comentaron lo triste que tenía que ser pasar dichas fechas sola en una país extraño sin poder celebrarlo. La verdad es que a Kay las navidades se la refanfinflan porque ella es budista y además el nuevo año en su país se celebra en marzo. No puede tener “espíritu navideño” ya que este se basa en gran parte en el anhelo de revivir experiencias anuales especiales que nos reconfortan y alegran, por estar a caballo entre el recuerdo, supuestamente feliz, y la realidad, supuestamente feliz también. –Aprovecho este comentario para hacer un inciso y subrayar que por esta misma razón hay mucha gente que odia las Navidades, porque están llenas de malos recuerdos…-

Yo he elegido vivir las Navidades a tope. Me gustan, tengo buenos recuerdos y me recreo en las tradiciones y los estereotipos que he adaptado para que me cuadren y me alegren. Soy feliz y creo que hago feliz a los que me rodean. Y magnifico las fiestas, haciendolas enormes para todo mi entorno. Kay Thwe Aye me lo dijo ayer, emocionada, mientras engullía su cuarto trozo de roscón: “gracias he sido muy feliz y ahora entiendo lo que me dijiste”… con eso casi me basta.

Esto es extrapolable a todos los sucesos vitales que podamos vivir. Un éxito o un fracaso vienen definidos por nosotros mismos, generalmente influidos por una serie de valores sociales que nos han inculcado.

Empiezo este nuevo año ahora porque quiero. Lo empiezo convencida de que el año pasado logré iniciar un camino que es el adecuado. El año pasado empecé a darle importancia a otras cosas y a quitarle importancia a muchos hechos que ahora me parecen intranscendentes. Como ya dije más FIB y menos PIB, han marcado mis prioridades de 2009. En 2010 quiero asentar conceptos, seguir creciendo, y ayudar a que otros muchos crezcan conmigo, descartando pensamientos únicos heredados que creo ya no son válidos en los tiempos que vivimos.

Ser más por dentro…aunque cueste mucho, porque si amigos a veces da miedo.

Os deseo a todos un año lleno de fuerza, de lucha exitosa y de evolución, creo que así se resume todo. Como diría mi mentor Daniel Gueguén: “Il faut se battre tous les jours" (hay que lichar todos los días », pero “that’s life”, otra cosa es solo superviviencia, no vivencia.