miércoles, 6 de diciembre de 2017

Hay momentos en que la música suena mejor


Hay momentos en que la música suena mejor.

Para empezar suena más fuerte. No fuerte de estridente, fuerte de potente. Los bajos son profundos y te atraviesan el corazón, y suben hacia la garganta y antes de llegar explotan ahí a medio camino. Las guitarras llenan el espacio del oído, y suben a los ojos que notan los acordes cuando parpadean. La batería se queda pegada al pie y al cuello, y los controla, y sin darte cuenta estás bailando.
Y las melodías, voces humanas o instrumentos, entran por las tripas y explotan propulsándose hacia las extremidades.

La música suena más fuerte.

Y tan fuerte suena que tienes la sensación de que vas a explotar de emoción, de amor a la vida, de amor en general. Y te sientes una titana capaz de transformar el mal en bien, porque sabes dónde está luz esencial, tú eres el aceite de la vida. Y de nuevo el pecho hacia la garganta, el oído a los ojos, los pies y el cuello, la explosión de las melodías, y canción tras canción consolidas tu sensación de que eres la persona más afortunada del mundo por poder sentir la música y la vida así.

Hay momentos en los que has vivido algo tan bonito que la música suena mejor. Amén.

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